Con la terapia de lenguaje podrás mitigar los problemas de aprendizaje, afasia, atención, dislexia, lectura y escritura.

Terapia de lenguaje

La dificultad para expresar ideas, el hábito de combinar o confundir palabras, los problemas para leer y escribir correctamente son problemas comunes, especialmente en niños. Su detección temprana es clave para obtener resultados satisfactorios. Mi experiencia de más de treinta años acreditan la calidad de las terapias.

¿Qué es la terapia de lenguaje?

La rehabilitación del lenguaje se encarga de la evaluación, diagnóstico, tratamiento, promoción, prevención, asesoría y consejería de las alteraciones del lenguaje, audición, aprendizaje y motricidad orofacial que intervienen en el desarrollo de las personas. La alteración puede ser genética o de evolución y normalmente los tratamientos efectuados por un fonoaudiólogo tienen resultados notables en el mediano plazo.

Cualquiera que sea el tipo de trastorno tiene un tratamiento específico, ya sean trastornos receptivos: (dificultades de entender y procesar el lenguaje) o expresivos (problemas para hacer uso del lenguaje).

¿Cuándo se recomienda la terapia de lenguaje?

La rehabilitación del lenguaje se encarga de la evaluación, diagnóstico, tratamiento, promoción, prevención, asesoría y consejería de las alteraciones del lenguaje, audición, aprendizaje y motricidad orofacial que intervienen en el desarrollo de las personas. La alteración puede ser genética o de evolución y normalmente los tratamientos efectuados por un fonoaudiólogo tienen resultados notables en el mediano plazo. Cualquiera que sea el tipo de trastorno tiene un tratamiento específico, ya sean trastornos receptivos: (dificultades de entender y procesar el lenguaje) o expresivos (problemas para hacer uso del lenguaje).

¿Cuándo se recomienda la terapia de lenguaje?

Problemas de audición.

Afasia: daño cerebral que afecta el lenguaje y dificulta la escritura, habla o los gestos corporales.

Discapacidades de desarrollo cognitivo o retraso en el aprendizaje.

Afectaciones como el labio leporino.

Debilidad en los músculos que permiten el habla.

Lesiones cerebrales traumáticas.

Dispraxia: dificultades con la motricidad que afecta la comunicación.

Dislexia: alteración de la lectura al confundir el significado u orden de las palabras, generando problemas de aprendizaje.

Problemas para respirar con normalidad.